La vida y sus revanchas
Parte alta de la cuarta entrada, último juego de la ronda regular. Pierden Los Montañeros 6 a 4 con los Halcones. Tienen 2 hombres en posición anotadora. En el plato se encuentra Carlos Marcano, un bateador derecho que tiene buen swing, sobre todo con los lanzamientos rápidos. El lanzador lo sabe, a fin de cuentas ya lo ha enfrentado en otras ocasiones en la temporada. Perdiendo el juego, Los Montañeros quedarían eliminados.
Carlos Marcano recibe el primer lanzamiento, ¡Strike! Se aprieta los guantines y se coloca de nuevo en el home. Segundo lanzamiento: foul. 0 bolas y 2 strikes en la cuenta (0-2), y es el momento de dar un batazo que ponga el juego de nuevo cerca para su equipo. 2 pitcheos malos ponen la cuenta 2-2.
Con la cuenta emparejada, lo que viene al home es una curva que poco a poco va hacia la zona de afuera. Carlos abre los brazos y extiende el dorso. Parece que le llega al pitcheo... Lamentablemente no es así. Pasa el bate, tercer strike y se poncha. Tira el bate al suelo y se marcha cabizbajo al dogout, en donde el Manager, que fuera del diamante es su Padre, le dice 2 palabras: “ten paciencia”.
Y tiene motivos para hacerlo. Empezó la temporada como el campo corto titular del equipo, además de ser el 3er bate en el orden al bate. En la primera no le ha ido tan mal, aunque no ha mostrado la excelsa defensa de otros tiempos; mientras que en la segunda es en donde ha mostrado más problemas. Batea un bajo promedio de .180 y cuenta con apenas 2 HR y 4 impulsadas.
Estos problemas le han quitado la titularidad y en muchos casos lo han relegado a la banca, algo a lo que nunca estuvo acostumbrado. El desespero y la desilusión parecen que se han apoderado de su cuerpo y en especial de su mente.
Él era un beisbolista de nacimiento. Por cosas de al vida, una lesión le impidió que buscara un contrato profesional y tuvo que resignarse e irse a su casa. Parecía que hasta ahí llegaba su sueño. 10 meses pasó rehabilitándose.
Ya mejor, un día de esos su papá le hizo una tentadora oferta. Le pidió que formara parte de su equipo de Softbol, que aunque no era lo mismo que él había practicado, se asemejaba mucho. Le pidió que lo pensara. 5 meses pasó practicando tras su lesión y al poco tiempo le dijo a su papá que ya “estaba ready”.
En esta temporada, no logra ser el mismo muchacho que durante 2 años fue la estrella del equipo y uno de los jugadores más completos de al liga.
Han pasado las entradas y su equipo sigue perdiendo. Carlos no deja de pensar en la oportunidad que tuvo y desaprovechó en la cuarta entrada. Desde ese inning su equipo no batea un hit. Es el séptimo inning y entra a relevar por los Halcones Fernando” Dinamita” Nieves, un lanzador de amplia experiencia.
Los 3 bateadores que enfrentaría serían el 6, 7 y 8. Este último es el turno al bate de “Carma”, como era conocido Marcano hijo, y si las cosas se daban, podría tener un nuevo chance de ponerse en traje de héroe y darle sentido a su mal temporada.
Él lo esperaba, el Manager lo esperaba así como todo su equipo. “Dinamita” se enfrentaba al 1er bateador. Un muchacho llamado Imbel Manzano, de contextura algo gruesa pero hábil, zurdo y que había tenido una buena temporada. Después de haberlo tenido en cuenta de 1 bola – 2 strikes, Manzano se las ingenia y conecta un sencillo que cae en el jardín izquierdo, justo detrás del 3 era base. Hombre en primera con ningún out.
En ese momento viene Douglas Morillo, en derecho de poder pero de discreta temporada. “Dinamita” un pitcher de mucha “maña”, (como se le llama a los lanzadores que disponen de varios recursos para hacer fallar a los bateadores), asiendo valer su gran conocimiento del juego y logra poncharlo con 3 lanzamientos.
Un out y hombre en primera y viene “Carma” al bate. Él sabe la importancia del turno y que posiblemente sea la última oportunidad que tenga para salvar la temporada.
Desde que comenzó la entrada y sabía que tenía que batear, rememoró los momentos difíciles que paso con su lesión, el tiempo en rehabilitación y la oferta hecha por su padre para que continuara activo.
Recordó una vez que muy pequeño le dijo a su papá con mucho entusiasmo que: “papá me gustaría que jugar alguna vez contigo y que me dirigiera”. “En unos pocos años te dirigiré hijo. Solo tienes que tener paciencia y demostrarme que puedes”, fueron las palabras de su padre.
Y era la hora de demostrarlo. Viene su turno al bate y Nieves le abre la cuenta con una recta adentro. Respira hondo y calma su ansiedad. Al segundo lanzamiento, “Dinamita”, repite la recta, esta vez por todo el centro y Carlos con un swing sólido, larga un batazo que se incrusta al fondo del jardín derecho, impulsando la carrera del descuento.
Corre a toda velocidad y llega a la 3era base, y convierte la línea en un triple que le da de nuevo esperanzas a su equipo. Las tribunas del pequeño estadio de Montaña Alta, se vuelven una algarabía total y llenan de ánimo a los locales de nuevo.
Ese batazo se convirtió en primera gota de un grifo que se abrió por completo. 5 carreras hicieron los Montañeros en esa entrada y noquearon la esperanza y moral de su rival. La victoria los clasificó como segundos a la segunda ronda.
Marcano padre, y Marcano hijo en un fuerte abrazo se felicitan por el gran triunfo que tuvieron. El Manager-Padre, quedó satisfecho y feliz al ver que su vástago si podía jugar con su equipo y mejor aún, aprendió a no bajar la cabeza en los momentos difíciles.
La vida tiene revanchas, y ya “Carma”, sabe que es así. La vida le quitó el béisbol pero le dio el Softbol, disciplina en donde pudo demostrar todos sus dotes de atleta. Este partido fue el inició de un despertar tanto ofensivo como defensivo, que ayudo a catapultar a su equipo hasta la final en donde en 3 encuentros barrerían a Los Leñadores, consagrándose como los campeones municipales y Marcano hijo como el más valioso de la final.
Khalil Delgado
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