El hombre de hierro
Los sentimientos de un niño que se convierte en hombre pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
En venezuela es casi seguro que, en las pocas estadísticas existentes, el número de víctimas masculinas no esté representado en todo su alcance.
Este es el caso de Hector Solórzano, de 30 años de edad, hace 22 años este Señor fue víctima de abuso sexual por su padrastro y su hermanastro.
Lucia Montaña y Jesús Solórzano, padres de este joven se divorcian cuando este tenía la corta edad de 8 años. El motivo de su separación es que el padre quiso hacer su vida con otra mujer y los abandona dejando a esta señora sola, sin un empleo estable y con un niño pequeño. Esta es la historia de muchas de las familias venezolanas.
La Señora Lucia Montaña, al poco tiempo de su separación se establece con un hombre que apenas conocía trayendo a su casa la desgracia para su propio hijo. Hector dice “mi madre nunca me creyó y me maltrataba cuando le decía que me tocaban en mis partes intimas”, tristemente esto sucede muy a menudo hay mujeres que prefieren a un hombre en casa, que mantener a sus hijos sanos y salvos.
“Mi hermanastro me dobla la edad, y me decía que yo estaría bien antes de comenzar con su sadismo y continuaba mi padrastro”, dice Hector. Se sabe muy poco del alcance o de la naturaleza de ese tipo de violencia, o acerca de las consecuencias psicosociales para los sobrevivientes varones.
Cuando Hector cumplió los 18 años de edad, desmoralizado decide huir de su casa, dejando todo atrás para comenzar una nueva vida aunque esta ya estuviera marcada por la tragedia que fue su niñez. Sin tener a donde ir decide ingresar al cuartel a prestar servicio y luego de cumplir su tiempo en él decide ingresar a Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención, ahora SEBIN.
Hoy en día solo hace el llamado a las familias diciendo “no dejen a sus hijos solos, nunca le den la espalda y siempre piensen el daño que un divorcio puede hacerle a un niño”.
Bárbara Orozco
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