ENTREN QUE CABEN 100
Universidad Santa María repleta de estudiantes
Es común observar en los salones de clases y áreas comunes de la USM una gran cantidad de estudiantes, la fecha más propensa para observar tal desborde de alumnos es al comienzo de los periodos semestrales, porque después de unos meses algunos van desertando y la universidad comienza a tener menos afluencia de personas,
Alejandro Acosta estudiante del noveno semestre de comunicación social, mención corporativo, asegura que la capacidad de la infraestructura de la casa de estudio no es lo suficiente para la demanda que ejerce, dice que las autoridades piensan al momento de disponer de las inscripciones a ofrecer, “Entren que caben cien”, sin ver más allá del lucro que puedan obtener, colocando en segundo lugar la excelencia educativa.
Se habla de excelencia educativa porque a eso se refiere el eslogan que identifica a la universidad, en la opinión del estudiante Acosta, no siempre quienes estudian en la santa maría reciben esa excelente gestión, él relata cómo ha tenido que recibir clases en ocasiones sentado en el piso porque no hay como sentarse en pupitres ya que no hay suficiente cantidad dentro de las aulas.
El principal inconveniente surge cuando se abarrotan los salones de gente, con una lista de más de ochenta personas, quedando evidente la carencia de pupitres por el alto índice de estudiantes en el aula, hecho que además es un problema para que exista el proceso necesario de retroalimentación entre alumnos y profesor al momento de recibir las clases.
Teniendo ese tipo de incidente dentro de la institución educativa todos los procesos subordinados como transporte, servicios básicos, infraestructura, entre los principales que se pueden nombrar serán deficientes, Carolina Bracamonte, estudiante de derecho alega que es necesario que las autoridades universitarias hicieran una evaluación comparativa entre lo que tiene la universidad para ofrecer y la cantidad de personas que admiten en cada inicio semestral.
Teniendo ese tipo de incidente dentro de la institución educativa todos los procesos subordinados como transporte, servicios básicos, infraestructura, entre los principales que se pueden nombrar serán deficientes, Carolina Bracamonte, estudiante de derecho alega que es necesario que las autoridades universitarias hicieran una evaluación comparativa entre lo que tiene la universidad para ofrecer y la cantidad de personas que admiten en cada inicio semestral.
Como cantaría Héctor Lavoe en los versos de la canción, “Entren que caben cien, cincuenta paraos, cincuenta de pie”, no es una premisa que le acomode bien a una universidad, que por el contrario siendo una casa de estudio debería procurar el compromiso y precauciones pertinentes para el bienestar de su sociedad, para que así su misión y visión se vean expresadas en hechos palpables.
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