martes, 15 de mayo de 2012


 “Areperas 24 horas: 
Satisfacción de paladares en la noche”

Así como nos podemos encontrar con una arepa rellena de carne mechada gigantesca en toda la entrada del parque Musipan, en nuestra querida isla de Margarita, también nos tropezamos con esta típica comida criolla de nuestro país en las noches nocturnas caraqueñas, tal como en “La Casa del Llano”, ubicada en las Mercedes, “El Budare” en la Castellana, “El Mirandino” en el Paraíso, “El Gran Brasero” en la Trinidad, o saliendo un poco de nuestra frontera capitalina, “La Gran Arepota” en la autopista Regional del Centro, dirección a Valencia.

Es muy difícil encontrar a alguien que no se haya comido al final de alguna jornada laboral nocturna o después de una rumba caraqueña, una deliciosa “pelúa” (arepa de carne mechada con queso amarillo), una “catira” (arepa de pollo con queso amarillo) o “reina pepiá” (arepa de pollo con mayonesa y aguacate).

Lo cierto es que estos restaurantes especializados en comida típica venezolana (como lo es la arepa), tienden a satisfacer paladares a cualquier hora, porque se encuentran en su mayoría, 24 x 24 abiertos al público.

Aunque su horario se divide en turnos, no cabe duda de la tenacidad y buena disposición de sus trabajadores, ya que no es fácil laborar en un turno de 10:00 pm (cuando la mayoría de la población se encuentra en sus hogares descansando) hasta las 6:00am (que es la hora donde la gran parte de los ciudadanos empiezan a ir a sus trabajos).  Tal cual es el caso de José Pperez, quien se gana la vida como mesonero en “Los Pilones del Este” ubicado en las Mercedes, y con mucha perseverancia y entusiasmo atiende a todos y cada uno de los consumidores que concurren a ese lugar.

Uno de los aspectos positivos, a parte de ganarse el sustento de su familia, es el hecho de que algunas personas, tomando en cuenta las altas horas de la noche en que estos trabajadores se desempeñan, se sientan en el deber de retribuirle ese desvelo y atención con propinas generosas.

Sin embargo, este trabajo nocturno acarrea otro tipo de connotación que no suele ser la más agradable, como lo es el alto riesgo de peligrosidad que rodea a todo venezolano que se encuentre en horas de la noche o de la madrugada en las calles.   No se puede obviar que la mayoría de las veces el tipo de clientes que frecuentan en las noches estos tipos de restaurantes, son personas que vienen de algún local nocturno de fiesta, lo que ocasiona situaciones incomodas  de malos tratos, groserías y actos impertinentes a causa del alcohol ingerido por parte de los clientes.

Secuestros, robos, peleas… son sólo algunos de los peligros que noche a noche llevan a cuesta estos ciudadanos, que ya sea por necesidad o por gusto propio, interrumpen sus horas normales de sueño para contribuir a una sociedad construída a base de trabajo.

Maryury Vega

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