Sin Manual de Instrucciones
Luis tiene tres años. Siempre ha estado a cargo de una empleada doméstica porque su madre y su padre trabajan atendiendo su negocio de clínicas odontológicas ambulatorias. Acaba de entrar al jardín infantil y la directora observa que el niño permanece todo el tiempo acostado boca arriba, no se anima con nada, ni se distrae con los juguetes que le ponen a su alcance. Cuando se le comenta a la madre la situación, responde: “Sí, afortunadamente Luis es muy juicioso. Porque a mí no me queda tiempo de nada, ni siquiera de comprarle juguetes…”.
Los niños víctimas de trato inadecuado a nivel físico pueden reconocerse por el comportamiento que exhiben dentro y fuera de su familia. Pero también hay que resaltar que la ausencia-el abandono es un trato inadecuado, tan grave o más que el físico. Se ha encontrado por ejemplo, que lloran muy poco a pesar del dolor que les puede estar generando la lesión que les ha sido infligida, pero lloran de manera exagerada cuando alguien los va a tocar o a examinar, y no logran ser calmados por la persona que los cuida. Al contrario, la rechazan cuando se acerca. Otro comportamiento frecuente es el de algunos niños que presentan un llanto constante que no comunica ninguna necesidad especifica, y que genera rechazo porque desespera a quienes se encuentran a su alrededor.
También se ha observado que estos niños muestran muy poco interés en los juguetes y aceptan, sin molestarse, que se los quiten. Disfrutan poco de las actividades como jugar, compartir con otros niños, leer, ver televisión o ir al parque. Son muy desconfiados, por lo que se mantienen vigilantes y atentos; permanecen sentados o acostados, muy silenciosos, en sus cunas o sillas; no hablan ni se ríen.
Así que preguntas tal: ¿Cómo hago para que mi hijo se porte bien, para que haga caso, para que coma lo que le preparo, para que no se enferme, para que haga sus tareas, para que tenga amiguitos y no sea tan peleón, para que se divierta y juegue armoniosamente?; éstas son interrogantes que cualquier madre o padre se realiza pero la respuesta es que los bebés no nacen con un manual de instrucciones. Y tampoco hay que preocuparse, la experiencia nos enseñará poco a poco el debido trato que hay que actuar en ellos y enseñar afectuosamente para poder transmitir emociones sanas, que son las correctas.
Aprovechar cada momento para estar ahí enseñándole todas las cosas posibles a los pequeños es algo que ayudará (a futuro) que exista una buena relación padre-hijo, que se establezca una confianza y que pueda contar sus problemas cuando esté más grande, que comunique las cosas que lo hacen sentir triste o que lo llenen de alegría, que pueda sentir que en sus padres tiene sus mejores amigos (sin perder la autoridad) y que sepa que nunca lo van a defraudar.
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