domingo, 16 de enero de 2011

Amor vemos, del abuso no sabemos 

Sandra es una niña de siete años de edad. Durante los últimos dos años de edad ha estado viviendo con su padre porque su madre los abandonó. Un día llegó a la escuela seriamente golpeada. Cuando su profesora se percató de las marcas en las piernas, le preguntó: “Sandra ¿qué te pasó aquí?”, la niña no pudo responder y comenzó a llorar. La profesora la llevó a un lugar apartado, le pasó un pañuelo para que secara sus lágrimas, le dio un vaso con agua y continuó preguntando: “¿Alguien te golpeó? ¿Quieres hablarme de lo que pasó?” Ante estas preguntas, la niña relató lo que había sucedido.

Ésta es una historia de miles y miles de casos de abuso infantil, que no solo son físicos, sino emocionales, psicológicos y el más alarmante de todos, el abuso sexual. ¿Quién puede siquiera imaginarse que los propios padres sean los que abusan sexualmente de sus hijos? Es escalofriante decirlo, pero hoy en día, eso lo estamos “sintiendo” común, normal, por la cantidad de noticias de abuso, y es muy triste, increíble y alarmante que casos de ésta magnitud sucedan.
Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cientos de miles de niños han recibido abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por el trauma emocional, que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas heridas emocionales ocultas pueden ser tratadas. El reconocer y dar tratamiento inmediato es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico. http://www.contraelabusosexualdelainfancia.com/art911.htm

Por otro lado, en la detención de los casos de abuso sexual, el pediatra o los médicos encargados de realizar el control periódico de los niños menores de cinco años, constituyen un excelente recurso porque en su rutina incluyen el examen del área genital. Asimismo, es indispensable que, ante sospecha de abuso sexual, se solicite la valoración por parte de personal médico especializado en este tipo de casos, aunque en la mayoría de ellos es poco probable encontrar evidencias confirmatorias.

Generalmente ocurre que el abusador necesita de privacidad y del silencio de su víctima. Por lo tanto, buscará la ocasión de estar solo y se asegurará que ella no va a contar lo ocurrido a nadie.
Dado que la mayoría de abusos sexuales se producen en el hogar y por conocidos, es lógico que el abusador haya "estudiado" cuándo y cómo puede estar a solas con el niño o niña. Posiblemente conoce lo suficiente a la familia para saber cómo acercarse, así como qué hacer para que el niño o niña no se atreva a contar lo ocurrido. http://www.contraelabusosexualdelainfancia.com/art2.htm

|Cuando se tiene información sobre los eventos de abuso, y se confirman, se necesitan establecer con claridad su intensidad, en términos de la frecuencia con la que ocurre, la duración de cada incidente, los comportamientos de situaciones que lo provocan, el tipo de respuestas de la víctima y el victimario, y si ha habido otras personas que la han tratado inadecuadamente.

El maltrato infantil, se cree, produce cambios en el cerebro, en el sistema inmunológico y en algunas glándulas hormonales, algunos de los cuales están aún presentes en la vida adulta. El abuso infantil duplica el riesgo de desarrollar episodios de depresión múltiples y de larga duración, afirmó un grupo de científicos, según un estudio, publicado en American Journal of Psychiatry. También sugiere que es menos probable que estos pacientes respondan al tratamiento. La depresión de cualquiera de sus formas puede afectar a una de cada cinco personas en algún momento de sus vidas. http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/229147/BBC%20Mundo/-Abuso-infantil-duplica-riesgo-de-depresi%C3%B3n-persistente-en-la-vida-adulta

La verdad es que, en los casos de abuso y trato inadecuado, NO existen soluciones perfectas. De manera inevitable, algunas de nuestras sospechas pueden resultar infundadas y los padres pueden sentirse enojados y afligidos. En definitiva, las consecuencias de reportar un caso en el que tenemos sospechas de maltrato-abuso sexual y que resultan ser equivocadas, son difíciles, pero las consecuencias de no reportar ésas sospechas, pueden llegar a ser fatales. 

Lady Viviana Rojas 

Lo que se ha hecho de noche sale a la luz del día

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