jueves, 10 de febrero de 2011

Editorial

EL AGUA ES VITAL PARA LA VIDA, ¡NO ACABEMOS CON ELLA!

La escasez del agua es una realidad que nos afecta a todos por igual sin distinción de raza, credo o condición social. La crisis golpea a la mayor parte de los países del mundo sin importar el nivel de desarrollo. Pero como en todos los casos los más afectados siguen siendo los más pobres, ya que una gran parte de la población de los países subdesarrollados está expuesta al peligro que representan las fuentes de aguas contaminadas y en algunos continentes como África y Asia la gente simplemente está muriendo de sed.

Sin embargo, en nuestro país por ejemplo, podemos ver a menudo cómo en casi todos los sectores urbanos se desperdicia  el agua, hay pérdidas de agua potable por roturas o filtraciones en tuberías, causando que una gran parte del vital líquido se pierda, pero se pierde más que eso, con este derroche se está cometiendo un verdadero crimen ecológico, gracias a nuestra apatía, desidia e incapacidad.

La conclusión general es que habría suficiente agua para todos, si  se usara con conciencia, se acabara con la deforestación y si se disminuyeran los altos niveles de contaminación, entre otras cosas. Se debería tener especial cuidado con el vital líquido por ser este indispensable para la vida, ya que sin agua limpia no hay vida. Al menos es un punto sobre el cual conviene reflexionar.

Es lamentable que a pesar de estar concientes de que el agua se está agotando y que a mediados de siglo la crisis podría ser catastrófica, en muchos lugares el agua  se sigue contaminando y malgastando,  todos los países especialmente los avanzados debería adoptar medidas para bajar los altos niveles de contaminación industrial. La Organización de Naciones Unidas (ONU)  advierte que, en el año 2025, las muertes y las enfermedades ocasionadas por la escasez y la contaminación del agua podrían adquirir dimensiones trágicas.

A este efecto, ante todo hay que crear conciencia en la juventud desde temprana edad sobre la necesidad de prácticas ahorrativas, algo en que deberían contribuir tanto la familia como las escuelas. Adicionalmente, los medios impresos y radioeléctricos podrían aportar gratuitamente espacios informativos y persuasivos para este fin, como parte de sus campañas institucionales. Todos los sectores activos de la sociedad, deberían colaborar dentro de sus comunidades para crear esta conciencia y difundir dichos mensajes.

Reparar toda fuga contínua de agua, sea de pocetas de inodoros o de goteos de llaves, que van agotando las reservas de forma lenta y segura. No dejar abiertas las llaves mientras se enjabona, afeite o cepille los dientes, o mientras se friegan los platos. No abrir totalmente las llaves en cualquier actividad de lavado o higiene, tomar duchas cortas. No lavar carros con manguera.  De esta manera todos podemos ayudar a conservar el agua y darle a nuestros descendientes la oportunidad de disfrutar de ella. 

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