jueves, 10 de febrero de 2011

Arboles que ya no mueren de pie

La muerte se ha hecho presente en nuestras vidas sin que hayamos notado realmente su presencia; nos hemos acostumbrado a asesinar y no nos llaman asesinos, es más fácil apreciarlo cuando algún otro ser humano está implicado en el hecho, sin embargo, cuando hablamos del medio ambiente, algún objeto inanimado o que a nuestro parecer es carente de vida, dejamos de un lado la sensibilidad y acudimos a nuestros más bajos instintos.

La deforestación es una de las técnicas más usadas por los seres humanos para adecuar sus tierras a la ganadería, agricultura y obtención de madera; es una actividad rica en lucros, que mantiene un crecimiento sostenido muy a nuestro pesar y hoy en día anualmente se consumen un promedio de seis millones de hectáreas al año, evento que deja con quemaduras de tercer grado que afectan considerablemente todos los ecosistemas y terminan desnudando a la madre tierra, 

La tala no es una actividad del todo dañina cuando es controlada, es de suponerse que nuestro planeta permite que sean consumidos un total de recursos hasta una barrera que nosotros mismos hemos llamado de recuperación o sostenibilidad, pero el foco del problema comienza cuando se inmiscuyen más las rentas obtenidas de estas actividades, lo que permite que dejen de apreciarse estos puntos de control y la tala pasa a ser indiscriminada.

Por otro lado, el constante aumento de esta destrucción sin sentido no deja sus secuelas allí en un simple descontrol, era de esperarse que el abuso consecutivo nos revelara las verdaderas consecuencias de no permitirle a los Árboles morir de pie; estos grandes de madera conforman los bosques, que a su vez regulan nuestro clima y sí cada día existen menos bosques, ¿dónde quedará nuestro clima regulado?; también, es notable la importancia que tienen los ecosistemas verdes en el ciclo del agua, sus hojas y los procesos que estos realizan en sus adentros (fotosíntesis, respiración) son elementos indispensables para mantener en constante funcionamiento el andamiaje que hace posible el equilibrio ambiental.

El agua, la tierra, los bosques y en conclusión el mundo entero está sufriendo por nuestros deslices y descontrol, cada día menos agua potable nos queda para alimentar al planeta, cada día menos bosques reciclan nuestro aire y hacen posible el ciclo del agua, cada día la tierra nos demuestra el daño y seguimos siendo unos despiadados asesinos de acción lenta.

Asesino es aquel que se atreve a quitarle la vida a otro ser vivo, asesinar a otro humano acelera la afirmación, pero ¿asesinar al planeta y a nosotros que allí vivimos no es el peor de los asesinatos?

Actuar con la vista gorda y no detenerse a pensar nos está llevando a un lento final catastrófico, uno alejado de finales de película con guerras, ficción y más parecido a la serie de películas “Los secretos del milenio: el hombre contra la naturaleza ¿quién ganará?”, que relata la lucha que nos hemos propuesto ante nuestra madre naturaleza y los embates que deberemos vivir por nuestra propia destrucción.


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