Mentir para vivir
La señora Rodríguez, un ama de casa, joven de 30 años, sale de su casa a buscar en el colegio a su hijo Guillermo de 5 años en el colegio a la 1:30pm como de costumbre. Llega al colegio, estaciona en una acera diagonal al colegio, observa una camioneta negra que se para justo a tras de ella, le llamó la atención por el gran tamaño del vehículo y lo oscuro que era el papel ahumado porque no lograba ver quien conducía, pero no le tomó mucha importancia. Se baja del carro a buscar a su hijo en la puerta de entrada a la institución. Mientras Guillermo se despide de todos sus compañeros de clases, su mamá conversaba con otras.
La mirada de Guillermo se cruza con la de su madre y sale corriendo hacia ella con euforia, no veía el momento de llegar a casa y poder jugar con su videojuego portátil, ya que este no está permitido en la institución. Se saludan con un abrazo y un beso en el cachete, se toman de la mano para cruzar la calle y con un gesto con la mano se despiden de todas las personas que tenían a su alrededor con quienes conversaban.
Después sentar a Guillermo en la parte trasera del carro, ve en el reflejo de la camioneta un hombre grande que no pudo identificar su rostro porque tenía unos lentes oscuros grandes, una gorra y la capucha del suéter puesta. Este hombre sin decir una palabra abrió la puerta del carro que ya la Sra. Rodríguez había cerrado, que era la puerta de pasajero, directa a su hijo y la empujo a dentro del carro, al mismo tiempo se montaron en el puesto de piloto y copiloto, dos personas más que se habían bajado de la camioneta que estaba atrás.
La madre de Guillermo estaba en Shock y no pude percatarse que era un secuestro lo que estaba viviendo hasta que su hijo le pregunto “¿mamá, quienes son ellos?”. La madre maquina rápidamente una respuesta, una mentira pero que tuviese muchísimo sentido con respecto a lo que les está pasando, esta le contesta “tranquilo hijo, esto es solo un juego que tu papá nos está haciendo, estos señores son sus amigos y nos harán una sorpresa más adelante si nos portamos muy bien, una de las condiciones es que tenemos que hacer todo los que sus amigos nos manden y sin quejarnos de lo que nos pidan, hacer absoluto silencio hasta que ellos nos digan lo contrario y no hacer ninguna pregunta. Tranquilo hijo que ganaremos la sorpresa que nos tiene papá”.
Después de un largo rato de silencio, el copiloto recibe una llamada, la contesta y la única palabra que salió de su boca fue “OK”, este mira la cara del hombre sentado al lado de Guillermo y les colocan una capucha negra en la cabeza para ocultar su visión.
Sienten que la camioneta de detiene y los empujan fuera de ella, en una calle desconocida, no parecía Caracas y luego escuchan el sonido ensordecedor de los caucho de la camioneta tomando casi la velocidad máxima.
Un llanto contenido ya por varias horas, sale a penas pudo retomar el aliento abrazando a su hijo, después de quitarse las capuchas pueden observar que tienen una nota en una de estas, la abren y decía en letra casi inentendible, “Señora Rodríguez, como se pudo dar cuenta acaba de vivir un secuestro exprés, hablamos con su esposo para que nos hiciera el pago de su recate, el cual lo hizo.”
Pasaron solo un susto, lo que no deja de pensar la Señora Rodríguez es el trama de la película “la vida es bella” que le pasada todas las indicaciones de cómo tu hijo no se entero de los que estaba sucediendo realmente y no crearle un trauma psicológico desde temprana edad.
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