martes, 1 de mayo de 2012


Viacrucis en Maiquetía

Una vez más Venezuela está próxima a romper un nuevo record Guiness, pero esta vez en un renglón que en vez de darnos orgullo y alegría, nos llena de indignación, tristeza e impotencia.

Quizás resulte familiar para algún cinéfilo que haya disfrutado los embates sufridos por Tom Hanks en la película La Terminal el tener que esperar largas horas en un aeropuerto para abordar un avión. Pero en nuestro país, esta ficción se ha convertido en una cruda realidad, una verdadera tortura para muchos pasajeros que han tenido que soportar entre veinte y treinta horas de espera producto de los habituales retrasos que ocurren diariamente en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía.

No existe distinción para las demoras, no importa si la aerolínea es revolucionaria, imperialista o de oposición. Es abrumadora la cantidad de personas que -luego de madrugar, soportar colas, lidiar con la burocracia apática e indiferente de las aerolíneas a la hora del chequeo y la ineptitud con que funcionarios públicos manejan el área de inmigración- les toca sufrir la terrible demora de su vuelo.

Las implicaciones de estos retrasos son mayores de las que podemos imaginar, y sus repercusiones para los viajeros son claramente deprimentes. No sólo son horas perdidas de nuestras vidas en un limbo donde la desinformación y la impaciencia van de la mano. Son vacaciones perdidas y muchas veces irrecuperables. Son conexiones internaciones y dólares de nuestro cupo cadivi inutilizables -ese cupo que resulta para muchos la primera tragedia con la que tienen que lidiar al momento de querer viajar, y para otros un impedimento para salir del país-, días en hoteles, habitaciones prepagadas, desayunos incluidos, y hasta carros alquilados que ya no podremos recuperar.

Un sinfín de contrariedades que debemos asumir dócilmente ante la ineficacia que demuestran no sólo las aerolíneas sino los entes públicos contralores de nuestro espacio aéreo.

Es en estas circunstancias cuando nos preguntamos ¿Dónde está el Instituto de Aeronáutica Civil?, ¿Dónde está el coronel Jesús Viña director del Instituto Aeropuerto Internacional de Maiquetía (IAIM)? Por qué no aparecen para promover sus valores socialistas y revolucionarios mientras hay venezolanos de todas las edades sufriendo una treintena de horas de espera bajo condiciones deplorables, sin que exista una justa indemnización por las pérdidas irreparables.

Una reestructuración integral del IAIM es el primer paso para resolver esta agobiante problemática que nos compete a todos. Porque no es sólo un aeropuerto más del país, es la principal puerta de entrada y salida de los venezolanos. Es fundamental que se nombre una comisión eficiente, integrada por personas altamente capacitadas, con facultades para monitorear, controlar y sancionar a las aerolíneas que incumplan con sus responsabilidades, sin importar el tinte político y sin que impere la impunidad.

De igual forma es necesario que se implemente una partida especial para indemnización de los viajeros afectados, así como una legislación que ponga reglas de juego claras. Estas son sólo algunas de las acciones inmediatas que el gobierno nacional debe ejecutar cuanto antes para evitar que siga reinando el caos en Maiquetía.

No es posible que debamos protestar, gritar, marchar, apostarnos inmóviles frente a una puerta de embarque, o hacer uso de la desobediencia civil para que nuestras denuncias sean escuchadas y tomadas en cuenta. No queremos más retrasos, queremos simplemente que despeguen de una vez por todas las soluciones a los problemas, que despegue el progreso, y que por supuesto, despeguen los aviones a tiempo.

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