Un paraíso llamado
Punta Cana
Quien no ha bailado
un merengue dominicano no ha sentido el Caribe en sus venas. Oír “Abusadora” o
“Mami que será lo que quiere el negro” es una invitación obligada a mover el
esqueleto. Ver las caderas danzantes de una dominicana, que se quiebran ante el
sonar del tambor, o sentir como nos quema la garganta el dulce sabor de un
trago de Mamajuana, son esas dichas terrenales que debemos permitirnos antes de
morir.
Y si buscamos un
lugar especial donde poder satisfacer esos deseos epicúreos nos damos cuenta
que son contados los destinos; más aún si además queremos disfrutar de unas
vacaciones fabulosas, con una atención esmerada y a precios realmente
ajustados, no sólo al bolsillo del venezolano, sino a nuestra difícil realidad
para adquirir divisas y salir del país.
Uno de ellos es
Punta Cana. Un cabo situado al oeste de República Dominicana, con playas de un
azul claro, verdoso, con matices turquesas que junto a su arena blanca y fina
recrean un verdadero paraíso terrenal. Allí podremos disfrutar de una piña
colada a la sombra de sus imponentes cocotales, practicar deportes acuáticos,
parasailing, jugar volleyball, tennis de playa, recorrer sus bares con vista al
mar envolviéndonos en ese ambiente alegre y divertido propio del dominicano, ir
de pesca y hasta nadar con delfines y manatíes. Todo en un solo lugar.
Lo más recomendable
al decidirnos por este destino es asesorarnos con un agente de viajes serio y
responsable que no sólo nos ofrezca un paquete turístico atractivo y a buen
precio, sino un respaldo constante al viajero, así como atención personalizada
y soluciones efectivas ante cualquier inconveniente. Para ello recomendamos
ampliamente a Turaser (www.turaser.com) y Always Tour (www.alwaystours.com).
Entre las
principales ventajas de contratar una agencia que nos prepare todos los
detalles de nuestras vacaciones está la facilidad de que nos reciban en el
aeropuerto, nos lleven hasta el hotel -distancia que resulta considerable
cuando debemos pagar un taxi en dólares-, tengamos un check-in rápido, con
guías y ofertas de posibles actividades recreativas, de descanso o
gastronómicas, pudiendo contratarlas al momento, o después, con tan solo discar
un número de extensión. Y por supuesto la ventaja de que ante cualquier
eventualidad tendremos una empresa responsable que podrá brindarnos apoyo y
asistencia médica, legal o de cualquier índole.
Punta Cana posee
cuarenta y dos hectáreas de superficie, más de cincuenta kilómetros de costa y
alrededor de mil quinientos millones de dólares en inversión turística de los
grandes consorcios hoteleros, entre los que destacan las cadenas Meliá, Hard
Rock, Riu, Barceló y Catalonia. Lo que permite una diversidad de opciones a la
hora de escoger donde dormir y comer, con paquetes que van desde un “todo
incluído” hasta ofertas más sencillas que nos provean de lo necesario para
dormir cómodamente.
Entre las opciones
preferidas por el público, y más recomendadas por las agencias de viaje, se
encuentra el Paradisus Palma Real (www.paradisuspalmareal.com), el Barceló
Bavaro Beach Resort (www.barcelo.com/bavaro_beach) y el Hard Rock Hotel Punta
Cana (www.hardrockhotelpuntacana.com). Sin embargo, resulta entretenido buscar
la alternativa que más se ajuste a nuestras necesidades entre los diferentes
motores de búsqueda que nos ofrece la web, tales como: www.puntacanaweb.net,
www.puntacana.com, www.puntacana.org.es y www.despegar.com.
Imponentes
edificaciones, piscinas de más de mil metros de superficie, restaurantes con
las propuestas gastronómicas más innovadoras, casinos, discotecas y los más
lujosos spas del Caribe, son sólo algunas de las maravillas que ofrecen los
principales hoteles de este fabuloso cabo.
Playa Bávaro es
quizá la costa más famosa de Punta Cana, allí se encuentran las principales
cadenas, y basta con dar un paseo por sus quince kilómetros de playa para
deleitarse con las imponentes edificaciones y estructuras que complementan el
paisaje. Además allí podremos encontrar los mercados típicos de la isla, con
artesanías, pinturas, ropa y hasta diferentes presentaciones del licor por
excelencia de los dominicanos: La Mamajuana.
Dejarse envolver
por un alegre merengue o una romántica bachata es parte del encanto de la isla,
más si es interpretado por Juan Luis Guerra o por Romeo Santos, dos de los
artistas dominicanos más famosos y además emblemas de dichos géneros musicales.
Pero, como diría el slogan de una reconocida tarjeta de crédito, esa experiencia “no tiene precio” si se
disfruta en alguna de las discotecas más famosas de Punta Cana. Quizás la más
pintoresca es Imagine, enclava en una cueva a la orilla del mar, es visitada
por más de dos mil personas cada noche del fin de semana, con un juego de luces
impactante y un show de cocteles que embriaga a todo el que se deja llevar,
resulta la opción más gratificante para el viajero ávido de diversión.
Otro lugar que no
debe pasarse por alto es ORO, la discoteca del recién inaugurado Hard Rock
Hotel, diseñado bajo una línea vanguardista e innovadora, posee el espectáculo
multimedia más impresionante de la isla, con luces, performances, humo, láser,
bombonas de co2, cotillón, lluvia de papelillo y más de trescientas pantallas
de led que sirven de escenario para los dj’s más afamados del mundo. Erick
Morillo, Tiesto, Cedric Gervais y Pitbull son sólo algunos de los artistas que
se han dado cita para musicalizar e ir de fiesta a este majestuoso local que
nada tiene que envidiar a las grandes capitales del entretenimiento como Las
Vegas, Los Angeles, Nueva York y Londres.
Si de saciar el
apetito se trata, luego de un agotador día de playa, Punta Cana nos ofrece una
variedad impresionante de opciones. Desde la exótica comida asiática hasta la
típica comida dominicana, con platos que van desde la aleta de tiburón con
chutney de mango preparada acertadamente por la cocina del afamado chef Martin
Berasategui -con siete estrellas Michelin- en el restaurante Passion del hotel
Paradisus Palma Real, hasta el tradicional Mofongo criollo hecho con chicharrón
y plátanos en alguno de los pequeños pero acogedores restaurantes que nos
brinda la costa. Una visita a Punta Cana no debe pasar por alto conocer el
famoso Capitan Cook, un restaurante a orilla del mar con un ambiente
excepcional y una cocina especializada en productos del mar, su parrillada de
mariscos resulta una exquisitez y la langosta al olio una delicia al paladar.
Ubicado en la zona del cortecito se puede acceder caminando por la playa o en
un barco-taxi que desembarca en la puerta del local.
Son incontables las
maravillas que nos ofrece este paradisíaco lugar. Si de excursiones se trata,
allí podremos encontrar paseos en motos cuatro ruedas, visitas a islas cercanas
con lanchas rápidas, caminatas de montaña hacia la zona de Altos de Chavón -un
lugar mágico que contiene cuevas que desembocan al río Chavón y donde
encontraremos una piscina natural de aguas cristalinas-, el seaquarium, el
safari jeep, nado con delfines, el full day en el barco pirata, o el spa-ship
donde podremos relajarnos y disfrutar de un reconfortante masaje mientras
navegamos en un agradable catamarán, son sólo algunas de las posibilidades que
nos ofrece el lugar. Cualquier de estas actividades las podemos contratar y
adaptar a nuestro itinerario a través de
www.guiarepublicadominicana.com/excursiones-punta-cana y también de
www.puntacanaweb.net.
Sin duda un espacio
que nos invita a olvidarnos de la rutina y disfrutar de las bondades naturales
del Caribe. Con precios que se adaptan a todos los presupuestos, a pesar de
estar dolarizados, podremos encontrar el destino ideal para compartir con
nuestra pareja y pasar unos días realmente maravillosos. Una oportunidad para
recargar energías y salir del agobiante caos citadino. Punta Cana, el paraíso
natural al que siempre querrás regresar.
Julio César Montoya
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