martes, 12 de junio de 2012


La dulce bienvenida a la muerte 

Eran las 11:39 minutos cuando Anderson Gonzales  se encontraba lavando su moto de paseo, al cabo de unos minutos miró el horizonte, notó algo muy extraño al otro lado de la acera; observó como dos hombres golpeaban a un señor mayor que calculando tendría unos cincuenta años de edad, sin pensarlo dos veces decidió acercarse y meterse para ayudar aquel hombre desvalido, en ese instante en medio del forcejeo fue cuando aquellos malandros sacaron una pistola que sin duda era una nueve milímetros. Los minutos se hicieron eternos, al mirar a su alrededor, ya aquel individuo que había  intentado salvar se encontraba sin signos vitales.     

        Su cuerpo estaba enchumbado de sangre, el tiempo era indetenible y al cabo de una hora el joven había sido esposado y metido dentro de una patrulla; sin imaginar que a partir de ese día su vida no sería la misma, fue detenido  y llevado a la Cuerpo de Investigaciones Científicas y Criminalísticas (Cicpc) de Chacao por una “supuesta investigación”, su familia en medio de la tristeza y el dolor  rogaban su libertad, pasaron cuatro largos días cuando sin derecho a defensa fue trasladado a una de las cárceles conocidas como una de las más peligrosas de Venezuela.     http://contacto-latino.com/arts/211/dias-de-prision-el-autor/

Sus familiares buscaron la manera que fuera protegido dentro de la cárcel, la mejor opción habían sido los evangélicos dentro del aquel horrible lugar, entró con un manojo de  nervios, aterrorizado y en un gran estado de shock por todo el peligro que correría junto a todos aquellos antisociales que sin duda alguna querrían lastimarlo. En su llegada le dieron “la bienvenida” como es mencionado en el dialecto de los presos; jamás este hombre imaginó tal recibimiento, en su mente solo existía la angustia de lo que ocurriría con su vida. http://www.lapatilla.com/site/2012/03/12/venezuela-2011-fue-el-ano-mas-violento-en-calles-y-carceles/

Al entrar, los prisioneros le dieron lo que ellos llaman “azuquita”, es decir, su último disfrute. Lo trataron como un Rey le dieron licor, cigarros, llamadas  y fiestas sin cesar junto a los que ahora serían  sus compañeros, lo primero que hizo fue llamar a sus familiares para decirles que no se preocuparan que él estaba bien; sin embargo nunca imaginó que ese sería su último día de aliento, no pensó ¿Qué había tras aquel advenimiento?, transcurrió no más de cuatro horas, cuando fue sorprendido por una red de asesinos encabezada por “Raúl Tuama y “Huevo Frito” Ramírez” entre miles de hombres  lo golpearon, lo apuñalearon y le dieron más de veinte tiros   por todo el cuerpo, para culminar con este homicidio le clavaron un machetazo en el medio del cráneo.

Cuando por fin llegó el día de visita, su novia, su madre, hermano y sus padres llegaron al penal del yare; con las lagrimas en los ojos  por la felicidad de verlo nuevamente justo a ellos. En ese momento escucharon un fuerte revuelo armado dentro del retén, gritaban: “le dimos matarile al nuevo”, la hermana con la desesperación a flor de piel logró entrar para averiguar lo que estaba ocurriendo, miró a los lados y en medio de una decena de cadáveres estaba allí el cuerpo de su hermano ensangrentado y estático.

Con el dolor que esto le causaba decidió llegar hasta el fondo del asesinato de su hermano, pasaron unos meses de investigaciones continuas, cuando finalmente Daniela Gonzales encontró las respuestas a todas sus preguntas. El hombre que había muerto en medio del forcejeo donde su hermano había muerto había intervenido, era familiar de un “chivo” del Cicpc la muerte de este individuo no fue un simple accidente, fue una muerte premeditada y muy bien planeada; como el libro “Días de prisión” del autor Osvaldo Gasparini donde menciona muchos casos de homicidios en los que inocentes terminan siéndoles arrebatada su vida como fue el caso de la familia Gonzales.

Anualmente se registran millones de homicidios en las cárceles, no solo de Venezuela. “la patilla” en el año 2011 registró un aproximado de quinientos sesenta asesinatos de reos, donde quizás la mayoría son apresados e injustamente,  asesinados por órdenes de entes mayores o "chivos" del Cicpc en venganza de infinidad de delitos.



 


 

 
Roxana Benavente

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