martes, 10 de julio de 2012


SECUESTRO EXPRESS UN DELITO DE MODA

 "Secuestro Express" se puede definir como la retención de una o más personas por un período corto de tiempo (horas o días), durante el cual, los delincuentes exigen dinero a los familiares de las víctimas para su liberación. Usualmente piden de 5.000 a 50.000 US; sin embargo, estadísticas demuestran que la mayoría de las liberaciones se logra pagando rescates de menos de 5.000 dólares.

El comisario Luis Godoy asevera que el secuestro es un "delito de terror"; y que, como tal, está tipificado por ejemplo en la legislación de Estados Unidos y otros países. Actualmente, en nuestro ordenamiento, está contemplado en el artículo 460 del Código Penal como delito grave y continuo, por implicar fases de planificación, organización, retención hasta el cobro y liberación. Pero además, es una plena violación de los Derechos Humanos al someter a las víctimas a la privación forzada de su libertad, riesgo de sus vidas y atentar contra su dignidad, ante la posibilidad de agresiones sexuales o privaciones como la necesaria alimentación o de condiciones para sus necesidades fisiológicas en previsión de fuga o suicidio.

TRES BANDAS AZOTAN A CARACAS

El comisario Sergio González, ex jefe de la división antisecuestros del Cicpc, admite la presencia de la modalidad delictual y su ampliación de afectación hacia las capas medias de la sociedad. Para el experto, es un delito que se concentra fundamentalmente hacia las urbanizaciones del este y sus áreas comerciales y divertimento. En esto indica, influye para la acción de los llamados "pescadores" -delincuentes- el atractivo de vehículos nuevos y costosos.

Situaciones similares pueden presentarse con residentes en urbanizaciones de clase alta o media alta, como viandantes y peligrosamente para parejas en autos estacionados en vía pública. "Son grupos delictivos organizados, con un radio de acción en tiempo entre las 10 de la noche y 7 de la mañana, en que se tranzan por sumas alrededor de los 20 mil bolívares fuertes.

Durante 2011 ocurrieron 1.160 secuestros en Venezuela, de los cuales 1.044 fueron breves, su objetivo es dinero en el menor tiempo y menor riesgo. En Caracas se concentra buena parte de los plagios. Según cifras extraoficiales, desde noviembre de 2011 hasta hoy, ocurren unos cinco secuestros exprés al día. De esos solo uno se denuncia, explicaron expertos en el tema.

El secuestro express se propaga a velocidad de vértigo en Caracas amparado en una cúpula de silencio: las víctimas apenas se atreven a denunciar y cumplen la máxima de pagarle a los captores y callar.

Apenas 60 casos fueron reportados durante los primeros 5 meses del año ante la División Antiextorsión y Secuestros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. Los funcionarios no se engañan a sí mismos con esa cifra, que consideran
minúscula frente a la magnitud del problema. Calculan que hasta 9 de cada 10 personas no informan a las autoridades.

Las proyecciones del Observatorio Venezolano de la Violencia van más lejos: indican que en el país se perpetraron aproximadamente 8.500 secuestros express el año pasado, según cálculos basados en estudios de victimización propios y en los realizados por la extinta Comisión Nacional de Reforma Policial.

Esto  se ha convertido en uno de los delitos de mayor gravedad en el país, por la falta de denuncia y la dinámica de los delincuentes. Esta modalidad llegó al país a principios de este siglo, importada de México.

Lo cierto es que a 15 años de la incursión del secuestro exprés en el país han quedado atrás los tiempos en la ciudad capital era gobernada por Los Invisibles, grupo que luego de liberar a sus víctimas le mandaba saludos a los funcionarios del Cicpc. Hoy son varios lo que pelean la supremacía del este caraqueño. 

Estudios policiales revelan que lo primero que tiene que comprender la gente, es que el Estado no está en condiciones, ni a corto ni mediano plazo, de dar una respuesta a la inseguridad.

No queda más remedio que ser proactivo, empezar por
protegerse uno mismo. Estar atento cuando salimos a la calle, especialmente cuando abordamos nuestro vehículo, vamos a estacionar o llegar a la casa. Estar pendiente si alguien nos sigue; no dar directa o indirectamente información de bienes, poder adquisitivo, hacerle mucho caso a nuestra intuición e instintos. "...Nunca cambie un lugar abierto por un lugar cerrado..." 




Crisel Parra


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