SECUESTRO EXPRESS UN DELITO DE MODA
"Secuestro Express" se puede definir
como la retención de una o más personas por un período corto de tiempo (horas o
días), durante el cual, los delincuentes exigen dinero a los familiares de las
víctimas para su liberación. Usualmente piden de 5.000 a 50.000 US; sin
embargo, estadísticas demuestran que la mayoría de las liberaciones se logra
pagando rescates de
menos de 5.000 dólares.
El
comisario Luis Godoy asevera que el secuestro es un "delito de terror";
y que, como tal, está tipificado por ejemplo en la legislación de Estados
Unidos y otros países. Actualmente, en nuestro ordenamiento, está contemplado
en el artículo 460 del Código Penal como delito grave y continuo, por implicar
fases de planificación, organización, retención hasta el cobro y liberación.
Pero además, es una plena violación de los Derechos Humanos al someter a las víctimas a la
privación forzada de su libertad, riesgo de sus vidas y atentar contra su
dignidad, ante la posibilidad de agresiones sexuales o privaciones como la
necesaria alimentación o de condiciones para sus necesidades fisiológicas en
previsión de fuga o suicidio.
TRES BANDAS AZOTAN A CARACAS
El comisario Sergio González, ex jefe de la
división antisecuestros del Cicpc, admite la presencia de la modalidad
delictual y su ampliación de afectación hacia las capas medias de la sociedad.
Para el experto, es un delito que se concentra fundamentalmente hacia las
urbanizaciones del este y sus áreas comerciales y divertimento. En esto indica,
influye para la acción de los llamados "pescadores" -delincuentes- el
atractivo de vehículos nuevos y costosos.
Situaciones
similares pueden presentarse con residentes en urbanizaciones de clase alta o
media alta, como viandantes y peligrosamente para parejas en autos estacionados
en vía pública. "Son grupos delictivos organizados, con un radio de acción
en tiempo entre las 10 de la noche y 7 de la mañana, en que se tranzan por
sumas alrededor de los 20 mil bolívares fuertes.
Durante 2011 ocurrieron 1.160 secuestros en Venezuela, de los cuales 1.044 fueron breves, su
objetivo es dinero en el menor tiempo y menor riesgo. En Caracas se concentra
buena parte de los plagios. Según cifras extraoficiales, desde noviembre de
2011 hasta hoy, ocurren unos cinco secuestros exprés al día. De esos solo uno
se denuncia, explicaron expertos en el tema.
El secuestro express se propaga a velocidad de vértigo en
Caracas amparado en una cúpula de silencio: las víctimas apenas se atreven a
denunciar y cumplen la máxima de pagarle a los captores y callar.
Apenas 60 casos fueron reportados durante los primeros 5 meses del año ante la División Antiextorsión y Secuestros del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. Los funcionarios no se engañan a sí mismos con esa cifra, que consideran minúscula frente a la magnitud del problema. Calculan que hasta 9 de cada 10 personas no informan a las autoridades.
Las proyecciones del Observatorio Venezolano de la Violencia van más lejos: indican que en el país se perpetraron aproximadamente 8.500 secuestros express el año pasado, según cálculos basados en estudios de victimización propios y en los realizados por la extinta Comisión Nacional de Reforma Policial.
Esto se ha
convertido en uno de los delitos de mayor gravedad en el país,
por la falta de denuncia y la dinámica de los delincuentes. Esta modalidad llegó
al país a principios de este siglo, importada de México.
Lo cierto es que a 15 años de la incursión del
secuestro exprés en el país han quedado atrás los tiempos en la ciudad capital
era gobernada por Los Invisibles, grupo que luego de liberar a sus víctimas le
mandaba saludos a los funcionarios del Cicpc. Hoy son varios lo que pelean la
supremacía del este caraqueño.
Estudios
policiales revelan que lo primero que tiene que comprender la gente, es que el
Estado no está en condiciones, ni a corto ni mediano plazo, de dar una
respuesta a la inseguridad.
No queda más remedio que ser proactivo, empezar por protegerse uno mismo. Estar atento cuando salimos a la calle, especialmente cuando abordamos nuestro vehículo, vamos a estacionar o llegar a la casa. Estar pendiente si alguien nos sigue; no dar directa o indirectamente información de bienes, poder adquisitivo, hacerle mucho caso a nuestra intuición e instintos. "...Nunca cambie un lugar abierto por un lugar cerrado..."
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