Noches
de aeropuertos
“Después
de París, es hora de descubrir el norte de Europa. Mañana Dublín. Después
frankfurt”. Garabatos en chino al dorso de una postal representando la Sagrada
Familia de Barcelona. Joseph, como él se hace llamar, hace un tour por Europa. Por
el camino, el joven ha conocido a Kate, una americana con la que viaja desde
hace dos semanas. Dormir en los aeropuertos se ha convertido en algo normal
para los dos chicos.
A
miles kilómetros de Londres, lejos de los excesos de las fiestas europeas,
pasajeros del mundo entero ocupan el aeropuerto a la espera de sus vuelos en la
madrugada. El aeropuerto internacional Simón Bolívar es el feudo más
importante en Venezuela, en el que convergen pasajeros de distintas latitudes
de dentro y fuera del país.
¿Pero qué puedes hacer cuando tu avión sale a
las seis de la mañana?
Comer,
dormir… y jugar
Cada
noche, hay centenares de
personas esperando el amanecer. “Un verdadero campamento de viajeros”, describe
José Luis, con la cabeza recostada sobre su bolso, la boca abierta y abrazado a
sus objetos de valor. El único ruido, el vaivén de los empleados de la
limpieza. Sin embargo, muchos tienen ante ellos una noche en vela. En los
rincones apartados, grupos de amigos juegan a las cartas, hacen un picnic o hablan
entre ellos. “¡Qué solidaridad de la vida en comunidad! Cada uno vigila el
bolso del vecino y lleva cuidado de respetar el silencio”, admite Marcia,
asombrada.
Los
expertos son fáciles de identificar. Tapones en los oídos, máscara cubriendo los
ojos, manta y, el lujo de los lujos, el colchón aislante. De vez en cuando, los
fanáticos de esta forma de pernoctar
montan una carpa bajo las miradas y rostros de asombro y de envidia de los
novatos, luchando por recostarse entre dos reposabrazos. Los menos afortunados
son los últimos en llegar. Alrededor de medianoche, cada uno se ha acomodado
ya, poniendo dos bancos uno al lado de otro. Familias, adultos… Los jóvenes no
son los únicos entusiastas de las noches improvisadas.
Consejos
en internet
¿Improvisadas?
No necesariamente. ‘Sleepingin airports’ (Durmiendo en aeropuertos) les aportará
todos los consejos necesarios para la noche aérea. Si los hoteles tienen
estrellas, los aeropuertos tienen sus ‘golden pillow’ (almohadas doradas). En
la lista de éxitos, los Países europeos vuelan en lo más alto.. Amantes del
confort, los del viejo continente han creado un espacio con camas y duchas. Sin
embargo, este confort está reservado solamente a los viajeros oficiales entre
dos aviones. Los pasajeros que quieren evitar pagar un taxi o una noche de
hotel han de contentarse con el vestíbulo público del cual una parte esta
cerrada entre medianoche y las 5 de la mañana.
Juan Pablo Narváez.
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